¿Sabes cómo mejorar el aislamiento térmico a través de las ventanas?
Habitualmente, en las redes sociales de EOS energy escribimos sobre cómo aislar eficazmente un edificio con deficiencia energética, ya que no hacerlo conduce a obtener pérdidas de calor y económicas, además de un impacto ambiental nocivo. Si bien es cierto que con un buen aislante térmico en la fachada se podría ahorrar mucha energía, sustituir las ventanas antiguas por unas nuevas, con dobles vidrios y baja emisividad, sería el complemento perfecto para mejorar la eficiencia energética de la vivienda. Pero, ¡no queramos construir la casa por el tejado!
Está comprobado que cambiar las ventanas nos ayudaría a ahorrar energía y costes en poco tiempo. Éstas son un elemento imprescindible en las viviendas, de gran uso e importancia. Dependiendo del calor o el frío que haga, optamos por utilizar los sistemas de climatización (calefacción o refrigeración), lo que conlleva si las ventanas que tenemos no son óptimas, a que el calor se escape constantemente por las juntas. Por ello, una ventana eficiente y de calidad mejora notablemente el confort y reduce el derroche energético, ya que aísla resolviendo el problema de los puentes térmicos y además consigue mejorar la acústica de la estancia.
Esta información de la que hablamos, la avala el portal especializado en el sector, Inarquia, con datos recogidos del IDAE: “el mayor gasto energético en las viviendas se encuentra en la climatización, en concreto en la calefacción, llegando casi a representar la mitad de la factura e incluso el 71% en las zonas más frías. Se establece que con un sistema de aislamiento térmico como es el SATE, se puede reducir gran parte de esa dependencia energética de un hogar, hasta un 60% en algunos casos. Mientras que, con el aislamiento de las ventanas, se puede ahorrar hasta un 20%”.
Distintivos de calidad
Dicho esto, a continuación plantearemos algunos consejos que resultarán útiles a la hora de decantarnos por elegir unas ventanas u otras.
Cuando vamos a comprar una ventana, una de las premisas que normalmente se tienen es que tengan calidad y sean fiables. Dos adjetivos que se reflejan en los distintivos de calidad, comúnmente conocidos como las “etiquetas de eficiencia energética”.
Imagen: certificado de eficiencia energética de la Asociación de Fabricantes de Fachadas Ligeras y Ventanas (ASEFAVE)
Como observamos en la imagen superior, este distintivo mide la eficiencia en invierno y verano. Mientras que la medición de invierno posee 7 niveles (del A al G), la medición de verano se realiza por estrellas (entendiéndose que las ventanas más eficientes llevarán tres estrellas y las de menor eficiencia sólo una). Es importante destacar que toda tipología de ventanas tiene la obligación legal de llevar el Marcado CE, un pasaporte técnico que a veces lleva a confusiones. Según ASEFAVE, “el Marcado CE no es una marca de calidad, sino el cumplimiento de los requisitos mínimos relacionados con la seguridad y un requisito imprescindible legal para que se pueda comercializar el producto”.
Por último, también es importante que las ventanas nuevas posean:
- Un alto nivel de hermeticidad, evitando que salgan o entren fenómenos atmosféricos como el viento, el agua, el granizo, etc.
- Un gran vidrio (a ser posible reforzado y doble acristalamiento) que esté preparado para soportar las diferencias de temperatura entre el interior y el exterior de la vivienda, preservando el frío en verano y el calor en invierno.
- Un buen perfil, ya que éste es el encargado de aguantar el vidrio de la ventana, que está enmarcado en la pared y sirve como fijación.
- Un proceso de fabricación y componentes amigables con el entorno, a ser posible que no sean perjudiciales con el medio ambiente.